INOCULANTES Y BIO-INDUCTORES
Creamos las tecnologías de inoculación mas avanzadas para la producción agrícola sustentable. Nuestras formulaciones garantizan máxima eficiencia en el proceso de Fijación Biológica del Nitrógeno (FBN), esencial para el buen desarrollo de las leguminosas.
La inclusión de sustancias OsmoProtectoras promueven un alto rendimiento metabólico y fisiológico de las bacterias que integran el inoculante.
A través de la tecnología TOP, logran una mayor supervivencia sobre la superficie de la semilla, se adaptan mejor a la diversidad de los ambientes agrícolas y a situaciones adversas como estrés hídrico y químico.
La protección interna en las bacterias permite, a su vez, tener una ventana de siembra de hasta siete días, facilitando el trabajo del productor. De esta manera, no es necesario volver a tratar la semilla si se detiene la siembra ante alguna eventualidad, por este período de tiempo.
Somos la primera empresa en desarrollar un inoculante con tecnología de bio-inducción, que permite al mismo tiempo nutrir y proteger a las leguminosas del estrés abiótico.
La bioinducción genera señales moleculares que activan de manera temprana procesos metabólicos en las bacterias y las plantas. Permite maximizar el crecimiento de las leguminosas, a partir de una actividad rizosférica mayor y una nodulación mas efectiva. Estimula, además, la interrelación con distintos microorganismos benéficos del suelo que suman ventajas adicionales a la inoculación, activando mecanismos de resistencia ante factores ambientales adversos para el desarrollo del cultivo.
La tecnología LLI (por su sigla en inglés Long Life Inoculant), permite tratar la semilla hasta 60 días antes de su siembra junto a fungicidas e insecticidas, una supervivencia bacteriana que hasta hace muy poco era impensada en la integración del inoculante con productos de origen químico.
Los inoculantes LLI se han vuelto aliados de la industria semillera de punta, que ofrecen semillas listas para sembrar de calidad superior. El tratamiento profesional garantiza la aplicación de dosis adecuadas con una mayor uniformidad y distribución de los productos, claves para la eficiencia de la práctica.
Esta tecnología marca un punto de inflexión en la inoculación porque resuelve una problemática histórica de esta práctica: el tiempo disponible para sostener las bacterias vivas sobre la semilla, condición indispensable para una efectiva nodulación.
Todas nuestras líneas de inoculantes incluyen la fórmula HC -High Concentration- que ofrece con una menor dosis de aplicación, la más alta concentración bacteriana sobre la semilla.
De esta manera, logramos mejorar la operatividad en los tratamientos de la pre siembra y optimizamos la integración del inoculante con otros productos como insecticidas, nematicidas, estimulantes, promotores, fertilizantes y polímeros.
Para garantizar la eficiencia de nuestro inoculantes llevamos adelante pruebas de calidad
Realizamos un recuento de los microorganismos: medimos cuántos coloca el inoculante sobre la semilla.
Evaluamos los nódulos: contamos cuantos tenemos en la raíz de la planta de soja u otras leguminosas y observamos cual es el posicionamiento. Gracias a nuestras tecnologías logramos tener nódulos en la raíz principal de la planta. Esto garantiza la llegada más efectiva de nutrientes y energía para el desarrollo del cultivo.
Medimos la masa seca nodular: el número de nódulos es importante en tanto sean grandes y pesados. Mayor masa determina una fábrica de Fijación Biológica del Nitrógeno de alta efectividad.
La inoculación de semillas es un proceso biotecnológico por el cual se ponen en íntimo contacto dos seres vivos: un microsimbionte (rizobios) y un macrosimbionte (semilla de planta leguminosa). Tras esta unión, se desarrolla una estructura en común que es el nódulo, donde tienen lugar procesos que benefician a ambas partes. La leguminosa provee la fuente carbonada que necesita la bacteria, y ésta suministra el nitrógeno que la planta necesita para producir sus proteínas.
Con nuestros programas de investigación y desarrollo logramos seleccionar microorganismos muy específicos que se asocian con las plantas para potenciar la productividad de un cultivo.
La disponibilidad de nitrógeno condiciona en gran medida el desarrollo de los cultivos. Las leguminosas como la soja, por su alto contenido proteico, deben acumular grandes cantidades de este nutriente que no pueden ser suministradas solamente por el suelo.
La FBN, a través de la inoculación, aporta gran parte del nitrógeno total que se necesita para lograr un buen crecimiento y granos de calidad, con alta concentración de proteínas.
Un inoculante es un biopreparado, que se aplica en el tratamiento de semillas, desarrollado industrialmente con tecnología avanzada, que permite mantener vivas y activas las bacterias seleccionadas por su capacidad y efectividad para fijar el nitrógeno en asociación con el cultivo. Los pilares en el cuidado de la calidad de esta tecnología son: